La Mentalidad de un Músico Maestro
Escrito por Joshua Taliaferro
En su best-seller del New York Times, "Outliers", Malcolm Gladwell afirma que se necesitan 10,000 horas para alcanzar un nivel de competencia que permita dominar cualquier campo.
Hice los cálculos para que tú no tuvieras que hacerlo, y 10,000 horas equivalen a 9 años de práctica. Por supuesto, esa ecuación sólo funciona si la sumas a 3 horas de práctica cada día durante 3,333 días. Reflexiona un poco sobre esto. ¿Cuántos de nosotros pasamos 3 horas al día practicando nuestro instrumento o perfeccionando nuestro arte?
¡Eso es dedicación!
Recuerdo que cuando me enteré de que tardaría casi una década en dominar mi oficio, me sentí atrapado en una especie de paradoja. Estaba decidido a conseguirlo y a la vez desanimado por la cantidad de horas que tendría que dedicarle.
Nunca me había sentido tan cautivado por la práctica personal como para dedicarle 3 horas al día. Siempre me topaba con un obstáculo o un callejón sin salida en mi búsqueda de recursos y acababa desistiendo y buscando otra cosa en la que ocupar mi mente.
Lo difícil de crear una fuente intrínseca de disciplina es encontrar la forma de mantener tu mente desafiada e interesada al mismo tiempo.
Si nos falta "desafío", la actividad no nos resultará atractiva, y si no nos resulta de por sí "interesante", nos aburriremos demasiado como para sentir curiosidad. La curiosidad es el combustible que te ayudará a alcanzar las 10,000 horas. Una mente curiosa y un sentido del asombro son cruciales para ayudarte a mejorar día tras día.
Sin embargo, es el proceso de lo que hacemos cuando nos presentamos a ensayar lo que pierde a tanta gente. Muchos músicos llegan al teclado con curiosidad y se marchan cínicos. Se topan con un obstáculo en su ensayo personal y no lo ven como una oportunidad para crecer, sino más bien como una vía de escape. ¿Cómo practicamos eficazmente? ¿Cómo disfrutamos practicando? Éstas son las preguntas que me planteé después de tantos años de ensayo personal fallido. Fue entonces cuando se me ocurrió un método que cambió mi forma de ver todo el proceso de dominar mi oficio. Lo llamo la regla de los 20 minutos al día. No es necesariamente una frase innovadora, pero no juzgues un libro por su portada. Creo que esta regla, cuando se aplica, puede revolucionar realmente la forma en que enfocas tu carrera, tu oficio y tus pasatiempos.
Ahora bien, sé lo que estás pensando: ¿No se supone que éste es un artículo sobre cómo dirigir adoración?
¡Pues sí! Verás, como músicos de alabanza, es fundamental que tengamos una relación sana con el arte de la práctica. La Biblia nos dice que hagamos todo como si lo hiciéramos para el Señor. Es muy importante que nos comprometamos con nuestra musicalidad y nos desafiemos a crecer más allá de la aptitud.
Sin embargo, no debemos proponernos dominar nuestro talento para sonar mejor el domingo, sino considerar nuestra dedicación como una ofrenda al Señor.
Damos el diezmo de nuestro tiempo y recursos y somos testigos de cómo el Señor magnifica Su bendición a través de nuestras habilidades y talentos recién perfeccionados. Piensa en las personas a las que Dios bendecirá a través de ti cuando llegues a ser excelente en tu habilidad. Es muy inspirador. Pero volvamos a la cuestión: ¿cómo nos motivamos para crecer más allá de lo rutinario y convertirnos en maestros de nuestra técnica? Volvamos a mi pequeño y divertido proceso llamado la regla de los 20 minutos al día.
En realidad, el proceso se describe en el título, así que probablemente deba encontrar un nombre que entierre un poco más la pista. No obstante, la cuestión es ésta: Si dedicas 20 minutos al día a trabajar en tu habilidad, te encontrarás completamente transformado en 6 meses. ¿Cómo funciona eso? Es total y completamente cuestión de mentalidad.
No prometo tener alguna llave de oro que lance tu nueva carrera musical o te convierta mágicamente en un prodigio. No digo que esta idea vaya a acelerar la regla de las 10,000 horas o a reducir tu camino hacia la excelencia. No, está muy lejos de eso.
Pero lo que puedo asegurarte es lo siguiente: la transformación de tu mentalidad manifiesta la capacidad de cambiar el paradigma del camino hacia la maestría, de un laberinto a una autopista. Tu mentalidad te ha nublado la vista y, desde tu punto de vista, parece que no hay esperanza. Pero con la claridad llega la confianza, ¡y la confianza da paso al logro!
Hagamos que esto sea fácil de recordar. Aquí tienes 3 sencillos pasos que te ayudarán a cambiar de mentalidad:
Paso 1: Construye un puente
A menudo miramos a los verdaderos virtuosos de la música y pensamos: "Yo nunca tocaré así". Antes incluso de haber empezado el viaje, hemos colocado un precipicio entre nosotros y el éxito. El abismo que se forma nos encadena a nuestras inseguridades y refuerza la idea de que necesitamos ser como los demás para ser excelentes. Esto es lo primero que debemos cambiar en nuestra mentalidad.
Para dominar tu música no tienes que sonar como otra persona, sino convertirte en la mejor versión de ti mismo.
Esto puede parecer un precipicio igualmente difícil de navegar, pero podemos hacerlo si construimos un puente hacia el otro lado paso a paso.
En primer lugar, debes establecer una imagen clara de quién quieres llegar a ser. Aquí es donde comienza nuestra práctica diaria de 20 minutos. Como practicar puede ser mundano, tendemos a perder de vista lo que pretendemos. Empezamos a trabajar en nuestras habilidades, pero caemos en el cañón de la duda, donde la música se vuelve monótona y nos esforzamos en cada compás o en cada voz de acorde. La clave está en empezar siempre tu práctica diaria formándote una imagen de quién quieres llegar a ser. Dedica los primeros 5 minutos a imaginar quién quieres ser en un futuro próximo. ¿Qué serás capaz de hacer después de un mes de práctica? ¿un año? Imagina esa versión de ti mismo y permite que esa idea afirme tus esfuerzos cuando te presentes cada día. Al hacer esto, construyes un puente en tu mente que te da una imagen clara de hacia dónde te diriges. Una estrella norte que te guíe hacia la versión futura de ti mismo.
No hay una forma incorrecta o correcta de hacerlo, pero te animo a que documentes tus pensamientos en un cuaderno para que puedas hacer un seguimiento de tu viaje. Establecer una imagen clara de quién quieres llegar a ser te mantendrá a salvo de intentar convertirte en otra persona.
Intentar ser como los demás es lo que lleva a tantos músicos al inevitable agotamiento.
Paso 2: Invierte en recursos que aporten alegría
Así que nos hemos tomado 5 minutos para centrar nuestros objetivos y ahora con los 15 minutos restantes tenemos que maximizar el tiempo que nos queda. Recuerda, ¡el objetivo son sólo 20 minutos al día! Sin embargo, no hay nada más agotador que cuando dedicas tiempo a aprender una habilidad y la fuente de conocimiento que estás utilizando resulta ser defectuosa e incorrecta. Es tan agotador cuando pasamos horas intentando encontrar el libro adecuado que nos enseñe, el cifrado correcto con el que tocar o el vídeo preciso del que aprender. Si te tomas en serio el aprendizaje de una habilidad, deberías tomarte en serio los recursos que utilizas para conseguirlo.
El cambio de mentalidad que tenía que producirse en mí era el miedo a invertir dinero real en mi formación continua. No puedo explicar por qué, pero siempre quería encontrar la versión gratuita del cifrado o la versión barata de una clase. Estos recursos no aportaban ninguna alegría a mi tiempo de práctica y hacían que me resultara más difícil presentarme. Pero una vez que empecé a invertir en mis recursos, ¡resultó especial presentarme cada día!
Como Líder de Adoración, puede resultar difícil encontrar los recursos adecuados para desarrollar nuestro trabajo y aprender el flujo constante de canciones de nuestro repertorio. Además de dominar nuestra musicalidad, a menudo tenemos que aprender varias canciones para el domingo y presentarnos preparados cada semana.
Por eso me encanta el Plan de Ensayo de Secuencias.com. Está pensado para el músico que se interesa por su técnica. El Plan de Ensayo me ayudó a disfrutar de la práctica y a acceder a todos los recursos necesarios para desarrollar mi musicalidad. El paquete me dio acceso a Chart Pro y RehearsalMix: lo que significa que tengo más de 22,000 cifrados precisos y audio de ensayo para cada parte instrumental. Estos recursos de ensayo premium crearon un espacio en el que disfruto apareciendo cada día. De este modo, aprovecho al máximo los 15 minutos de práctica que tengo y agilizo mi forma de aprender. Si inviertes en los recursos que hacen que aprender sea un placer, sin duda te presentarás día tras día. Esto me lleva al último paso: confía en el proceso.
Paso 3: Confía en el proceso
Para alcanzar el punto de excelencia en la música, debes comprender que la transformación lleva su tiempo. Si vas a presentarte cada día, debes confiar en el proceso. La regla de las 10,000 horas de Gladwell destaca la importancia de un entrenamiento constante y decidido. Al igual que un escultor cincela un bloque de mármol, los músicos deben perfeccionar sus habilidades mediante la repetición dedicada y el esfuerzo concentrado. Cada minuto que pasamos practicando se acumula, acercando al músico a la maestría. Pero lo que he descubierto es que la verdadera transformación se produce cuando empezamos a disfrutar de verdad de nuestro tiempo diario dedicado a la práctica.
A lo largo de 6 meses, tu ideología cambiará y los 20 minutos que has dedicado a la práctica se convertirán en como un buen libro que no puedes dejar. Con una curiosidad creciente, 20 minutos de tiempo dedicado se convertirán en 40 minutos porque sencillamente no puedes parar. En las próximas semanas, 40 se convertirán en 60, y así sucesivamente.
Tus objetivos se transformarán y tu mentalidad encontrará un nuevo punto de anclaje. Empezaste con el deseo de convertirte en un producto final, y descubrirás una nueva alegría en el propio viaje. Ésta es la verdadera transformación, y ésta es la verdadera excelencia.
Puede que hagan falta 10,000 horas para convertirse en un maestro de la música. Pero la excelencia es un estado mental, no un producto pulido. La clave para crecer en tu arte es la decisión deliberada de abrazar la persona en la que quieres convertirte, encontrar la alegría en cada momento y confiar en el proceso. Al hacerlo, superarás incluso a los mejores músicos, ya que descubrirás la motivación intrínseca que necesitas para dominar tu oficio. Descubrirás que has cruzado el puente que habías tendido en tu mente, y que no tenía nada que ver con la habilidad, sino con la perspectiva.